En nuestro día a día nos autoocupamos con muchas actividades, a menudo para no dar la cara a nuestras verdaderas emociones porque a veces éstas nos resultan dolorosas, ya que han sido maltratadas por nosotros mismos desde hace mucho tiempo. Si estas emociones no llegan a manifestarse o se trabajan energéticamente a la larga pueden repercutir en una enfermedad física.
Generalmente, no se nos ha enseñado a parar, a tomar conciencia de nuestras emociones, y en un momento dado un factor externo a nosotros puede hacer que estas emociones se activen pero sin ningún control.
Con el masaje energético se hace un trabajo de limpieza, de armonización, de movilización de la energía que actúa en cada chacra. Las emociones se expresan así a través de la masa corporal de la persona, por medio de lo que se llama "nudo energético". El terapeuta hace de mediador entre este "nudo energético" y el problema emocional con el que va ligado. Se trata de llegar a concretar la emoción, de tomar conciencia de ésta y de trabajar para recolocarla. El trabajo del profesional es el de dar claridad al conflicto, de ponerle palabras para que el paciente pueda llegar a entenderlo. Queda luego en sus manos si quiere enfrentarse a él o no. La energía protege, desintoxica, actúa rejuveneciendo la capa cutánea; estimula el sistema linfático, tiene un efecto sedante sobre el sistema nervioso y un efecto antienvejecimiento sobre los órganos, que se mantienen con mucha más vitalidad.
Gracias al masaje energético se recoloca la energía para que el paciente tenga la fuerza necesaria para realizar los objetivos que se haya propuesto en la vida. Todo esto hace que el movernos en la vida sea muy satisfactorio: la persona está más contenta, en paz consigo misma y con el mundo que le rodea. Cada dolencia física se plasma en el cuerpo. El terapeuta trabaja por medio de colores, de figuras y de símbolos.
Cada vértebra da una información diferente. La primera vértebra representa la madre, la fuerza vital y todos los conflictos relacionados con ella. En el esternón se sitúan los conflictos de relación entre hermanos, la lucha por el espacio. En la novena vértebra es donde se sitúan las adicciones, a las drogas, a la madre, a la pareja, al trabajo … la sensación que va ligada a esta emoción es la de ahogo.
En el momento del masaje energético el terapeuta intenta que el paciente conecte tanto con su propia realidad emocional como con su cuerpo físico y por ello las emociones se pueden llegar a descrontrol.lar: el paciente llora, ríe, grita, suda … Sus emociones se manifiestan en cuanto se relaja y se activa en él una realidad en forma de imagen, de sentimiento, que se puede ir repitiendo a lo largo de los días siguientes a la sesión terapéutica, incluso se puede llegar a plasmar por la noche en forma de sueños, lo que proporciona a paciente y terapeuta una información valiosa para seguir trabajando.
Los elementos que se utilizan para trabajar la energía son el frío, el calor, aceites esenciales, geles, piedras, sal, toallas de agua caliente … todo ello para que el paciente se sienta muy cómodo y en paz. El objetivo es que la energía fluya y las emociones se relajen. Sintomatologías como el cáncer pueden llegar a producirse cuando hay contradicciones emocionales. La energía deja de fluir y como resultado se convierte en una enfermedad. Todo puede comenzar con un simple resfriado debido a no haber atendido o expresado una determinada emoción.
Cuando se consigue relajar esta emoción la energía vuelve a fluir y entonces puede tener lugar el proceso de sanación, o al menos la enfermedad no avanza tan rápido. Esta situación extrema del cuerpo físico es un S.O.S. de la parte más densa de la persona, la materia, que no puede seguir porque le ha faltado información, afecto y claridad para seguir su camino. La enfermedad no es más que una herramienta de autoconocimiento, es un medio para hacer camino, el último recurso que nos damos a nosotros mismos para llegar a escucharnos como seres compuestos de materia y energía.
El masaje energético proporciona las herramientas necesarias para recomponer la emoción, para volver a sentirla de una forma que no provoque dolor, para que no llegue a generar un mal físico. Para ell, se informa al paciente de cómo están sus emociones para poder dar un paso adelante en su proceso de sanación.