Música: A way of life, Hans Zimmer
Existe un antiguo arte milenario japonés que consiste en arreglar una pieza que se ha roto resaltando aún más la fractura con materiales como el oro o la plata, con lo cual se acaba convirtiendo en un objeto más fuerte y valioso. Se trata de una tradición oriental del siglo XV, el Kintsugi, que viene de la palabra kin, oro en japonés y Tsugi, ensamblar, que valora la belleza de lo imperfecto, con el intento de recuperar el alma de una pieza rota, para volver a darle vida.
Basada en la filosofía zen de la existencia, el Kintsugi es considerado metafóricamente como una vía de iluminación que consiste en el respeto y la compasión por las fracturas o heridas del individuo. Se trata de la idea de recomponer un ser por medio del crecimiento y la resistencia frente a las adversidades, convirtiéndose este proceso de reparación en una parte de su historia personal.
En la nueva situación en la que nos encontramos, de repente estamos viendo todas las cosas y a nosotros mismos desde una perspectiva diferente, han surgido nuevos miedos y nuevos retos, también nuevos planes y nuevas esperanzas. Pero esta actual fractura nos puede llevar a un cambio profundo y rápido, a una nueva manera de pensar y de imaginar nuestro futuro para poder salir de esta crisis transformados y reparados, más fuertes.