No solo soy lo que he pensado(…)ni lo que he hecho(…)sino también(…)lo que he imaginado y recordado. A menudo nos asombra descubrir paralelos entre las imágenes y motivos que aparecen en nuestros propios sueños y aquéllos que destacan en mitos y leyendas de los que nada sabíamos(…) Estas imágenes son sentidas como numinosas, mágicas, fascinantes,demoníacas o divinas. Parecen tener una fuente transcendente y autónoma más allá de la conciencia individual, más allá de nosotros(…) A la vez nos atraen y nos repelen, tienen aspectos oscuros, temibles y destructivos así como un lado benigno y creativo.