Pero es pueril discutir las leyendas. Se debe saborear su encanto y no pedirles ninguna verosimilitud. Forman parte de otro mundo que aquél en el que nosotros nos movemos de manera prosaica; pertenecen al dominio del sueño y, si no les violentamos, están totalmente dispuestas a proporcionarnos acceso a él. 

Alexandra David Neel, En el corazón del Himalaya.

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