Aproximadamente un 20% de la población tiene un sistema neurosensorial más desarrollado, lo que se traduce en una mayor sensibilidad emocional y una más alta reactividad del sistema nervioso central.
Las P.A.S. o Personas Altamente Sensibles, en inglés Highly Sensitive Person (HSP), reciben en proporción a los demás una mayor cantidad de información sensorial simultánea, presentando una mayor intensidad al vivir las emociones y más profundidad a la hora de elaborar pensamientos. Debido a su profundidad de pensamiento suelen ser muy reflexivos con todos los temas y dar muchas vueltas a las cosas.
Al captar un número más elevado de estímulos del entorno se pueden llegar a sentir abrumadas o sobreeestimuladas a la hora de procesar toda esta información sensorial y emocional, encontrándose a menudo con un sistema nervioso alterado.
Perciben más sutilmente la información que les llega por sentidos, lo que les puede provocar incomodidad a la hora de exponerse a algunos ruidos y luces intensas, olores fuertes o determinadas imágenes.
Sienten lo que reciben por los sentidos de una manera muy intensa, se muestran muy receptivos al arte y a la naturaleza, y tienen una gran percepción de la belleza, lo que los hace destacar por su creatividad, y muchos de ellos acaban siendo artistas.
Al ser tan extraordinariamente receptivos viven con mucha intensidad las emociones y los sentimientos, lo que los lleva a tener una gran intuición y una gran empatía, previendo las reacciones y captando el estado emocional de las personas que los rodean, y llegando a vivir las emociones de los demás como propias, por lo que a menudo se sienten saturadas, pudiendo ser propensas a tener estrés físico y emocional o buscar estar solos durante largos periodos de tiempo para poder recuperar su equilibrio emocional y mental.
Debido a esta gran capacidad empática y a la conciencia de los aspectos más sutiles de su entorno se preocupan por el planeta y por las relaciones humanas, lo que les lleva a luchar contra las injusticias rehuyendo la agresividad y la violencia, llegando a ofrecer un valor diferente a la sociedad.
Así como algunos trastornos del espectro autista, el TDA (H) o Trastorno por Déficit de Atención o el síndorme de Asperger, la Alta Sensibilidad tiene una base neurológica, pudiéndose dar similitudes con algunas características o comportamientos de las personas que presentan estos trastornos, que a la hora del diagnóstico se podrían llegar a confundir.
El aumento de este tipo de diagnósticos neurobiológicos a los que la ciencia hasta este momento sólo ha podido encontrar una causa genética, podría explicar la gran transformación que estamos viviendo a nivel humano y planetario, con un número cada vez mayor de individuos que con sus características están aportando un cambio, y que nos pueden ayudar a unificar todas las energías que existen en el planeta para trabajar juntos y hacer evolucionar las cosas, convirtiendo nuestro mundo en un mundo más sensible, más compasivo, más consciente y mejor.